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Por la puerta del colegio electoral Andrés Manjón(hoy Francisco Giner de los Ríos), al norte de Madrid,entró el polémico director de la Radiotelevisión Española, el gallego José María Calviño Iglesias, con su barba característica y quizá fumando en pipa; y parece que entre la nube de cámaras de televisión y fotógrafos,su hija, una joven rubia de apenas 17 años,se acercó a la urna que presidía la mesa número 4 de la sección06,distrito censal 09,y,como figuraba en la lista de electores pese a que aún le faltaban siete meses para ser mayor de edad, introdujo su papeleta.
Era el miércoles 12 de marzo de 1986,día del referéndum convocado por el Gobierno socialista sobre la permanencia de España en la OTAN,29 millones de españoles llamados a elegir.
Y en el acta de aquella mesa,cuya copia aseguró tener el diario ABC,su presidente reconocía que había admitido el voto de la chica, aunque incorrecto,porque «pasó inadvertido debido a la confusión creada» por los periodistas.
Así fue como la hija del primer director de RTVE con el PSOE de Felipe González cometió su pequeño pecado de juventud.
Han pasado 32 años y hoy aquella chica ya no es la hija de José María Calviño, sino que él se ha convertido en el padre de uno de los fichajes más aplaudidos del presidente Pedro Sánchez.Es la ministra Nadia María Calviño Santamaría, eurofuncionaria de currículum brillante,directora de Presupuestos de la Comisión Europea en los últimos cuatro años (más de un billón de euros en sus manos, 480 funcionarios a sus órdenes).La mujer al frente del Ministerio de Economía con la que Sánchez pretende garantizar a Europa que España no es Italia ni se entrega a Podemos.Así que ahora, a sus 49 años, la nube de fotógrafos la envuelve a ella.
Hace poco Calviño había sonado como candidata a presidir el Banco de España. Se lleva muy bien con políticos del PP como Alberto Núñez Feijóo, y Ciudadanos le había echado el ojo.En todo caso, las fuentes consultadas aseguran que esta vez quien le ha susurrado su nombre al presidente Sánchez ha sido el ex comisario Joaquín Almunia, con quien coincidió trabajando en Bruselas. Aunque cuesta no dirigir la mirada a su padre,el otrora poderoso José María Calviño,quien en los últimos tiempos se ha acercado al héroe del«No es no».Tras su tormentosa destitución como secretario general del PSOE,tanto Calviño como otros viejos guerristas encuadrados en el ala socialdemócrata clásica decidieron apoyar a Pedro Sánchez en su incierta operación de retomar las riendas del partido.
Por primera vez en 12 años,tiene a su padre cerca.Al amado y odiado,al temido Calviño que en 1986 llevó a su hija de 17 años a votar por primera vez
Su mandato al frente del ente público fue muy polémico.La oposición lo acusó de partidismo y manipulación.Las ácidas críticas a su gestión,las guerras internas en el PSOE y su liderazgo inflexible acabaron con él.En 1986 fue relevado por Pilar Miró en medio de una gran tensión. Después se centró en su despacho de abogados.En los últimos tiempos ha asesorado a Pedro Sánchez en su regreso a la secretaría general del PSOE.
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