Sin estado mental

Son tiempos oscuros en los que no vivimos, tiempos de sueño e inconsciencia, tiempos de hipnosis colectiva.


Son tiempos extraños.  Con entusiasmo suicida nos entregamos en manos de un becerro que ni siquiera es de oro, sino de barro y mentiras  (con un baño de oro por encima, para que parezca de oro, pero es de barro, si rascas con una moneda o una llave, por ejemplo la del buzón, y miras por debajo, veras perfectamente que es de barro)  en manos, insisto, de imitadores, sacerdotes, políticos acéfalos, farsantes y obedientes servidores de falsos dioses, que no dudan en sacrificar víctimas inocentes a cambio de casonas, mansiones reformadas y piscinas con jardín  (con un seto alto para que no se vea el jardín). 


Es hora de reaccionar, es hora de abrir los ojos y enfrentar la realidad.  

¡Despierta! 

¡Tienes que enfrentar el mundo! 

con el ánimo henchido, la voluntad enhiesta, y el estómago... ahíto.  

Pero sin bostezar. 


Sobre todo, es muy importante    No bostezar.


Para que no vean,como según ellos, robas su oxígeno...







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