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La respiración consciente tiene la capacidad de poder equilibrar mi mente y mi cuerpo. Al hacerlo, soy capaz de enviar más oxígeno a todo el cuerpo, especialmente al cerebro. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono sale, limpiando mis sistemas.
Os muestro las tres que más uso
Respiración profunda
Las técnicas de respiración profunda me ayudan a despertar los sentidos y el cerebro. Su práctica me ayuda a estar más tranquilo y liberar estrés, a afrontar mejor el día y a aumentar la productividad.
Para realizar este ejercicio, primero pego mi lengua al paladar. Comienzo a inhalar por la nariz mientras cuento hasta seis, llenando el abdomen. Mantengo la respiración durante tres segundos y exhalo lentamente contando hasta seis de nuevo. Repito este ciclo entre siete y doce veces o durante un minuto. Coloco mis manos sobre el estómago para asegurarme de que estoy respirando profundamente y cómo se expande y contrae con cada respiración.
Es una técnica muy sencilla que puedo practicar todas las veces que quiera y en cualquier lugar.
Respiración de fuego
La respiración de fuego o Bhastrika Pranayama es un ejercicio excelente cuando necesito un extra de energía inmediato. Además, es un ejercicio que me ayuda a relajarme y calmarme. Los practicantes de yoga afirman además, que esta técnica ayuda a la digestión y previene enfermedades.
Para comenzar me asegúro de tener la nariz limpia de cualquier residuo. Me siénto cómodo con la espalda recta. Con la boca cerrada, pego la lengua al paladar. Pongo las manos en el estómago a fin de sentir cada contracción al respirar, y comienzo a hacerlo lo más rápido que puedo a través de mi nariz. Inhalo y exhalo doce veces y termino con una inhalación profunda. Descanso hasta que la respiración se normalice y repito siete veces el proceso.
Este ejercicio suelo practicarlo a primera hora de la mañana y una o dos veces más durante el día. Evito hacerlo antes de ir a dormir ya que puede dificultar el sueño.
Precauciones: Este ejercicio puede hacerte sentir mareado al principio. Comienza con menos repeticiones y ve añadiendo según te encuentres cómodo. No es adecuado para mujeres embarazadas ni para personas que sufren hipertensión, epilepsia, convulsiones o ataques de pánico.
Respirar alternando fosas nasales
En concreto, se trata de una de las técnicas de respiración especialmente útil cuando me siento estresado o ansioso. Tiene un efecto inmediato de relajación. También ayuda a disminuir la presión arterial, a aliviar la depresión y a mejorar los cambios bruscos de humor.
Para llevarlo a cabo, limpia tu nariz de cualquier residuo. Siéntate de forma que estés cómodo y con la espalda recta. Cierra la boca y apoya tu lengua en el paladar superior. Pon el dedo índice de la mano derecha sobre tu fosa nasal derecha e inhala por la fosa nasal izquierda contando hasta seis. Mantén la respiración mientras cuentas hasta tres. Quita la mano derecha de la nariz, y con la izquierda tapa la fosa nasal izquierda y exhala lentamente mientras cuentas hasta seis. Mantén la respiración durante tres segundos y sin mover la mano vuelve a inhalar contando hasta seis por la fosa nasal izquierda. Mantén las respiración tres segundos y vuelve a cambiar de mano. Repite el proceso al menos siete veces o de tres a cinco minutos.
La práctica de este ejercicio me ayuda a calmarme en estados de nerviosismo y a centrarte y permanecer enfocado.
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